FEDERICO SORIGUER. Médico. Miembro de la Academia Malagueña
de Ciencias.
Miércoles, 5 julio 2017, 07:42
http://www.diariosur.es/opinion/envidia-cordoba-20170705004450-ntvo.html
En estos momentos hay
en Málaga cuatro grandes comisiones pensando sobre el futuro de la sanidad
local. Una de la Fundación Ciedes, otra del Consejo Social de la ciudad y dos
de la Consejería de Salud. Esperemos que la famosa frase atribuida a Napoleón
de «si no quieres solucionar algo crea una comisión» sea solo un tópico. Aquí
cuatro.
El periódico SUR
recoge la visita a Málaga de la doctora Marina Álvarez, nueva consejera de
Salud, con motivo de la reciente celebración de los XXI Juegos Mundiales de
Deportistas Trasplantados. La consejera ha anunciado que «dará un impulso
importante a la red sanitaria malagueña en los próximos años». Esta declaración
de intenciones, lejos de tranquilizarnos, aumenta nuestra preocupación sobre
todo si conocemos que las dos comisiones de la Consejería han emplazado sus
conclusiones para dentro de 15 meses (sí, lo han leído bien, finales de 2018),
lo que quiere decir que cualquier cosa que se haga queda aplazada para el 2019,
como muy pronto. Es decir, para el año de las próximas elecciones andaluzas.
Pero no quiero
desviarme del motivo de esta tribuna ni del título. La consejera de Salud es
médico, especialista en onco-radiología y ha sido hasta su nombramiento gerenta
del Hospital Reina Sofía de Córdoba. Casualmente esta semana he estado dando
una conferencia en ese cemtrp, invitado por la dirección científica del
Instituto Maimónides para la Investigación Biomédica (Imibic). No es la primera
vez que he visitado el hospital cordobés y siempre que vuelvo a Málaga me
invade la misma mezquina envidia.
Si las comisiones en
marcha quieren un ejemplo de lo que queremos aquí para el futuro del Hospital
Carlos Haya, pues solo tienen que decirle a la consejera que nos haga una
fotocopia en 3D del Reina Sofía de Córdoba, que tan bien conoce. Debo aclarar
que no tengo el permiso de mis anfitriones de Córdoba para esta petición. No,
allí no atan los perros con longanizas, y una y otra vez compartíamos los
problemas de la situación sanitaria actual, pero cuando les contaba la
situación hospitalaria de Málaga no salían de su asombro y solían contestar:
«Pues aquí eso no». El Reina Sofía es un hospital normal. Eso es todo. Tiene
unos cómodos y fáciles accesos, ahora muy mejorados por las circunvalaciones,
no hay problemas de aparcamientos y tiene a su alrededor solares que permitirán
su posible expansión. Las zonas de ingreso están todas en un mismo pabellón y
hubo una ampliación con un edificio anexo que ha permitido mejorar la actividad
ambulatoria y unificar las áreas docentes. Finalmente se acaba de hacer un
magnífico edificio al lado mismo del hospital en el que se encuentra la sede
del Imibic, con laboratorios y áreas de investigación comunes para todos los
grupos del hospital y de la Universidad.
Desde el punto de
vista funcional, es uno de los primeros hospitales en los que se normalizó las relaciones
entre la Universidad y el SAS y esto ha permitido una fluidez en la docencia
sin ese conflicto con la asistencia que es verdaderamente prehistórico y que
aún se ve en los hospitales malagueños. En fin, podría seguir aunque no parece
necesario pues creo que el lector inteligente ha captado ya el mensaje de lo
que quiero decir.
Pero sobre todo
porque, afortunadamente, la actual consejera de Salud lo conoce mejor que yo.
No es nada extraordinario lo de Córdoba aunque yo aquí, desde Málaga, lo cuente
como tal. El Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, es muy parecido, aunque con
diferencias sustanciales que ahora no vienen al caso, como lo será en el
futuro, cuando allí se aclaren, el hospital nuevo de Granada.
Porque Málaga tiene
los mismos problemas de todas partes y algunos muy específicos. Y el más
específico de todos es el representado por la desestructuración funcional del
viejo Hospital Carlos Haya. Aunque negado por la mayoría de los consejeros,ha
terminado siendo aceptado por todos, desde el primer consejero de Salud, Pablo
Recio, (SUR, 7/12/1984) a María Jesús Montero, actual consejera de Hacienda
(SUR, 17/09/2008) y hasta el penúltimo, Aquilino Alonso (SUR 25/06,2017). Todos
terminaron reconociendo que la única solución del Hospital Carlos Haya era un
nuevo Carlos Haya. No lo hicieron cuando pudieron ni cuando debieron. Y ya se
sabe que la historia cuando se repite lo hace en clave de falsa.
El fiasco de Los
Asperones lo quisieron ocultar (en Málaga) con las fusiones (SUR, 19/05/13), un
proyecto tan descabellado por mal diseñado que le costó el cargo al
todopoderoso gerente del SAS José Luis Gutiérrez. Así que como no se ha hecho
lo que había que hacer, ahora estamos en Málaga con cuatro comisiones, pensando
qué es lo que se debería hacer. Pero, ¿de verdad a estas alturas todavía no lo
saben? Dos son las corrientes en liza. Una. la oficial, que ha renegado de sus
proyectos anteriores y que aboga por la construcción de pequeños centros
hospitalarios basándose en la idea de que hay que llevar los hospitales a los
ciudadanos. Y otra, que comparto, que piensa que lo que hay que acercar a los
ciudadanos son los centros de salud. Mayor número de centros de salud, bien
dotados, con servicios de urgencia y mayor número de prestaciones clínicas. Y
una dotación hospitalaria potente que en Málaga (capital) estaría representada
por un Hospital Clínico reforzado y el Hospital Carlos Haya reedificado,
refundado (y renombrado).
Las razones de por qué
Málaga tiene que tener un nuevo gran hospital las hemos expuesto en numerosas
ocasiones en estas páginas y extensamente en el libro 'Historia del Hospital
Carlos Haya y sus pabellones'(del que soy coautor junto con el periodista Paco
García), pero como una imagen vale más que mil palabras, les recomiendo que
hagan una visita al Hospital Reina Sofía de Córdoba. Si vuelven con la misma
envidia que yo, entonces comprenderán lo que quiero decirles en esta Tribuna y
es posible que no hicieran falta tantas comisiones
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