domingo, 1 de mayo de 2016

SESENTA AÑOS SON SOLO EL COMIENZO

LAS TRIBUNA
FEDERICO SORIGUER
30 abril 201609:57
http://www.diariosur.es/opinion/201604/30/sesenta-anos-solo-comienzo-20160430004545-v.html

Hoy 30 de abril cumple 60 años el Hospital Carlos Haya, pero la administración sanitaria parece que ha decidido ignorarlo. No pasó igual ni con el cuarenta aniversario siendo gerente el Dr. Francisco Juan ni lo fue con el cincuenta, siendo gerenta la Drª María de los Ángeles Prieto. ¿Se imaginan posible este olvido en cualquiera de los grandes hospitales de Andalucía? Hace solo unos días Córdoba celebraba el 40 aniversario del Reina Sofía con la presencia de la Reina emérita y no hubo necesidad de estar en Córdoba para enterarse pues ha sido noticia en todos los periódicos. Son las ventajas de tener nombre y orgullo de pertenencia. Pero nuestro hospital se ha quedado sin nombre y sin la conmemoración digna de su historia. Ya estuvo a punto de ocurrir en el 2006 cuando se intentó retirarle su denominación por primera vez, pero ésta se pospuso pues parecía un sarcasmo conmemorar el cincuenta aniversario del Hospital Carlos Haya al mismo tiempo que se le quitaba el nombre (sin alternativas). Así que no nos sorprende que hoy nadie se acuerde de conmemorar lo que no tiene nombre, ni al parecer ni siquiera pasado. No nos sorprendente pero nos preocupa pues este país tiene una larga noche de políticos venales o de caciques que quisieron reinventar el pasado. Pero tal día como hoy, hace exactamente sesenta años, Franco inauguró (la Residencia) Carlos Haya, aunque en realidad había comenzado a funcionar un mes antes, pues hubo que abrir urgentemente un quirófano para que el ORL Dr. Urdiales pudiera operar al delegado Nacional de Farmacia, quien de visita a Málaga, en una comida se atragantó con un hueso de pollo que a poco estuvo de costarle la vida. Pequeñas historias de una gran historia que a lo largo de estos sesenta años el hospital y la ciudad han compartido juntos. En él han trabajado y por él pasan todos los años miles de ciudadanos, precisamente en los momentos de mayor desvalimiento, buscando consuelo o ayuda. La mayoría lo encuentra. Por eso el hospital es una institución para la ciudad y para los malagueños. Y es a todos ellos a los que se les debe la conmemoración con dignidad. Desde su inauguración en el 56 y hasta finales de los sesenta, la Residencia fue gestionado cuasi militarmente como correspondía al modelo de la época y salió adelante gracias al entusiasmo de unos médicos jóvenes, los internos, y unas enfermeras que también vivían en el propio hospital. Pero no fue hasta comienzos de los setenta cuando aún en plena dictadura se produce una ruptura con el anticuado sistema médico asistencial. Coincide con la dirección del Dr. Juan Cabrerizo, con la transformación de las Residencias en Ciudades Sanitaria, con la jerarquización del hospital en servicios y departamentos de especialidades, con la aparición del sistema MIR y con el desembarco de una ola de jóvenes médicos procedentes de toda España que venían a comerse el mundo y que encontraron en aquellas renovadas residencias del seguro, por primera vez en la historia de España, el espacio suficiente para desarrollar su proyecto profesional y en lo político la posibilidad de contribuir a la creación de un sistema sanitario público y universal que luego años más tarde, el 25 de abril de 1986, se vería refrendado por la Ley General de Sanidad. Vinieron pronto vientos de cambio con la creación del SAS, que supuso una modernización de la gestión sanitaria, pero también, de manera progresiva la introducción de un modelo de gestión más técnico que ha devenido en ocasiones en un gerencialismo y en una centralización incompatible con la autonomía de las instituciones y con la creatividad de los profesionales.
El Hospital tuvo a partir de los ochenta un gran crecimiento, que, sorprendentemente, coincidió, también, con una época de precariedad y conflictividad, pues las huelgas y la efervescencia política y sindical eran también constantes. Vinieron después los años de la burbuja económica de finales de los noventa hasta la crisis del 2008, años en los que se perdieron grandes oportunidades, pues fue en ese momento cuando debieron arreglarse muchos de los serios problemas que aquejaban y aún aquejan al centro. Uno de los más importantes fue y es su desestructuración física y funcional, que comenzó con la construcción del Hospital Materno Infantil en el Arroyo de los Ángeles, y las sucesivas ocupaciones de prácticamente todos los viejos hospitales de la ciudad, que en un momento u otro, a medida que la necesidad apretaba, se iban convirtiendo en pabellones añadidos del Hospital Carlos Haya. El daño que esta desestructuración ha ocasionado a la gestión física, funcional, académica y humana del hospital debería ser estudiado por algún economista de la salud y no son menos importantes los daños intangibles esos que han contribuido a la despersonalización y a la pérdida de invaluables oportunidades, las cuales han terminado deteriorando el sentido de pertenencia de sus trabajadores al centro. El fiasco de la construcción del 'nuevo' Hospital Carlos Haya (el mal llamado 'macrohospital', realmente la única opción válida), la solución dada al nombre, la peor de todas las posibles, habiendo numerosas alternativas, o el desastre de la fusión de los dos grandes hospitales de Málaga, reconocido por el propio actual consejero de Salud, son las últimas pero no las únicas oportunidades perdidas que han llevado a que el Hospital Carlos Haya, no solo haya quedado sin nombre sino que esté perdiendo el futuro. No quisiéramos ser pesimistas en esta tribuna conmemorativa. Ninguno de estos retos ha caído del cielo. Para eso sirve la historia. Podemos aprender de los errores del pasado o como parece haber optado la administración sanitaria socialista, displicentemente ignorarlos, añadiendo así un nuevo problema: la ocultación del pasado. El hospital (ahora innominado) debe plantearse qué es lo que quiere ser. Pero, ¿hay alguien al otro lado que se esté haciendo esta pregunta, ahora que ha cumplido sesenta años?
* Firma también este artículo
Francisco García, periodista, autores ambos del libro 'Historia del Hospital Carlos Haya de Málaga y de sus pabellones'


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