miércoles, 15 de marzo de 2017

MÁLAGA HA HECHO LOS DEBERES

LA TRIBUNA
FEDERICO SORIGUER. MÉDICO Y MIEMBRO DE LA ACADEMIA MALAGUEÑA DE CIENCIAS
15 marzo 201708:10
http://www.diariosur.es/opinion/201703/15/malaga-hecho-deberes-20170315003334-v.html
Si usted fuera un alto funcionario de la UE y tuviera que decidir sobre la ubicación de una de las grandes sedes europeas como la Agencia Europea del Medicamento (AEM), ¿escogería una ciudad que amenaza con un 'Brexit' a la catalana o 'Catexit'? Si usted fuese un alto responsable político de la UE, ¿negociaría con unos políticos que incumplen las leyes de su propio país, que viven arrobados por una ensoñación romántica nacionalista más propia del siglo XIX que del XXI, que toman iniciativas que llevan irresponsablemente a la sociedad a una fractura de imprevisibles consecuencias? Pues diría, si es realmente responsable, que no.
Si usted fuese un representante político de España y tuviese que recomendar a la UE la ciudad más adecuada para que se ubicara la sede, ¿por qué recomendaría en este momento Barcelona? Los parlamentarios del PP, del PSOE y de Ciudadanos han recomendado Barcelona porque de esta forma saben que así no van a conceder la sede de la AEM a España y porque si hubieran propuesto o al menos debatido otras alternativas (Málaga por ejemplo), hubieran tenido que aguantar al señor Tarda, ese personaje histriónico que parece sacado de una zarzuela, o al señor Rufián, ese charnego revenido y cursi, que dice cosas que avergonzarían a sus padres y abuelos de Jaén, o al señor Oriol, ese hombre de mirada corta y de lágrima fácil al que basta que se le ponga una sardana para que comience a hacer pucheros, o a los 'molt antics i honorables presidents' de la Generalitat, con su fatuidad sardónica, si es que los jueces les dan permiso para hablar entre juicio y juicio, o al 'molt honorable Carles Puigdemont', que compara el éxito del Barça en la Champions League nada menos que con la gesta independentista, comentarios que hasta al muy moderado escritor y periodista Juan Cruz, abochornan.
En fin, si usted fuera la presidenta de la Junta de Andalucía, ¿qué es lo que hubiera hecho?, pues exactamente lo contrario de lo que ella ha hecho, lavarse primero las manos como Pilatos, y ahora a todo pasado enarbolar la bandera de Andalucía y con aire de Agustina de Aragón clamar como cordero degollado por los derechos de «mi tierra». Porque lo que ni los parlamentarios españoles, ni los andaluces, ni los insoportables, irresponsables e insolidarios independentistas catalanes, ni la señora Díaz y toda su corte celestial han podido impedir ni podrán negar, ni ya desde luego ignorar, es que, ante este reto, Málaga ha hecho sus deberes.
Los hizo el alcalde desde el primer día en el que tomó la iniciativa proponiendo a la ciudad como candidata, tomando contacto con los responsables políticos nacionales, autonómicos y europeos y visibilizando a la ciudad cada vez que ha sido necesario, y cada vez que ha tenido oportunidad, como la gran candidata a ocupar la sede de la AEM tras el 'Brexit'.
Lo hizo toda la oposición que en un pleno aprobó sin fisuras la propuesta del alcalde y la ha seguido apoyando posteriormente en numerosas iniciativas. Lo ha hecho la prensa, que ha mantenido una constante y responsable información de los acontecimientos; lo hizo y lo hizo desde el primer momento la sociedad civil, desde la Academia Malagueña de Ciencias, que tomó la iniciativa, hasta todas las demás asociaciones, organizaciones y colegios profesionales, así como la Universidad y otras instituciones científicas, como el Ibima, que han creado grupos de trabajos, comisiones y elaborado propuestas que han enriquecido la iniciativa.
El periódico SUR del día 10 arrancaba con este titular en primera página: «El Congreso disipa la aspiración de Málaga para albergar la Agencia del Medicamento». El periódico tiene la obligación de contar los hechos. Así han sido. Intentaremos ser benévolos: la votación es un ejemplo de pragmatismo político. El independentismo es lo más parecido a un rumiante bulímico. Come, rumia lo que come, lo vuelve a rumiar aburriendo por agotamiento hasta a las pacientes ovejas que siempre les acompañan y después, por si fuese poco, lo vomita ensuciando todo lo que le rodea, el pasado, el presente y, si ganan, también el futuro, para después volver a comer insaciablemente.
¿Había otras alternativas para estos parlamentarios desde la ética de la responsabilidad, que es desde el lugar desde donde se ejerce la política? ¿Tienen ellos, los parlamentarios, alguna información de la que carecemos los ciudadanos sobre pactos con los independentistas, por ejemplo, agencias europeas a cambio de renunciar al referéndum? Lo dudo y hasta nos gustaría creer que así fuese, pues algunos estaríamos dispuestos a vender el alma al diablo, si con esto se consiguiese cauterizar la herida que este país tiene abierta en Cataluña y por la que se desangran todas las demás comunidades autónomas. Pero mientras tanto lo que no han podido evitar es que Málaga se haya hecho oír, haya conquistado no solo un inexistente derecho a ser sede de una agencia europea, sino mostrado su competencia para recibirla. Un verdadero test que ha servido para mostrar que Málaga está preparada para asumir los grandes retos del futuro.
Hay momentos en la historia en los que en algunas ciudades se produce una especie de milagro, una confluencia de intangibles que elevan la moral y la creatividad de sus ciudadanos. Es lo que ocurrió por ejemplo en la Viena de los años veinte, en la que se produjo una concentración tal de personajes ilustres en torno a lo que se llamó el Círculo de Viena que hizo de la ciudad por unos años el centro del mundo. No aspiramos a tanto, solo queremos decir que es posible que no venga a Málaga la AEM (aunque las batallas se pierden, como bien dice el alcalde después de haberlas librado), pero el empeño habrá merecido la pena, pues en el camino se ha demostrado, sobre todo ante los propios malagueños, que podemos.


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