domingo, 1 de mayo de 2016

¡NADA MÁS Y NADA MENOS QUE UNA CIUDAD SANITARIA!

LA TRIBUNA
FEDERICO SORIGUER. MÉDICO
Diario SUR 16 abril 201610:14
HTTP://WWW.DIARIOSUR.ES/OPINION/201604/16/NADA-NADA-MENOS-CIUDAD-20160416004001-V.HTM

Perplejo. Así me quedé cuando el pasado jueves 31 de marzo, el mismo día que presentábamos en el Colegio de Médicos el libro: 'Historia del Hospital Carlos Haya y sus Pabellones', el señor consejero de Salud, Aquilino Alonso, declaró (SUR, 31-04-2016) que: «la Consejería de Salud reconoce la necesidad de ampliar la oferta hospitalaria en Málaga, aunque no con un tercer hospital, sino con la creación de una Ciudad Sanitaria en base a la ampliación de instalaciones en los terrenos situados junto al Civil»; una idea que el periodista que redacta la noticia recuerda que ya puso sobre la mesa hace ocho años la entonces consejera de Salud, María Jesús Montero. No, no fue hace ocho años sino nueve, pero al menos el periodista lo recuerda, cosa que no parece ocurrirle al consejero a pesar de que hace unos meses le enviamos el libro de la Historia del Hospital Carlos Haya, dedicado y con el ruego de que nos acompañara en Málaga a presentarlo. Ni nos contestó, ni -ahora lo comprobamos- lo ha leído, pues si lo hubiera hecho sabría que ya en diciembre de 2007, ante la continua demanda social y profesional, la Consejería de Salud anunció la ampliación de 110 camas en el Hospital Civil.
Preguntada entonces la señora Montero contestó: «la decisión de construirlo es firme y el hospital estará terminado para el 2012» (SUR, 6-12-2007). No satisfizo a nadie esta propuesta que era claramente insuficiente, pero además la consejera hablaba por hablar, pues ni siquiera habían llegado a ningún acuerdo con la Diputación para utilizar los espacios de los alrededores del Civil. De hecho, y sin ir más lejos, el presidente de la Diputación de Málaga, Salvador Pendón, declaró que «se haría en los terrenos del Hospital Civil si se hace una permuta»(SUR 6-12-2007). Aquello era en realidad una tomadura de pelo y tras el intenso debate ciudadano y profesional suscitado, el 12 de septiembre de 2008 la consejera de Salud enterraba aquel proyecto y anunciaba la construcción en Málaga de un nuevo hospital de 1500 camas. En Málaga la señora consejera de Salud declaraba: «El nuevo Hospital Regional permitirá superar las dificultades de funcionalidad, relacionadas con la división del complejo actual en tres recintos distintos (Pabellones A y B, Hospital Materno Infantil y Hospital Civil)».
Los malagueños con buena memoria recordarán el absurdo debate que se produjo entre el Ayuntamiento y la Junta sobre la ubicación del nuevo hospital y sobre la explotación de los terrenos de los pabellones A y B, debate que no fue precisamente un ejemplo de responsabilidad política por ninguna de las partes. Al final la crisis vino a solucionar a todos su incompetencia y la idea del nuevo hospital fue abandonada, aunque todavía una gerente de Carlos Haya de triste recuerdo, preguntada por Ángel Escalera el día 19 de septiembre de 2012 contestaba: «Yo estoy convencida de que por supuesto se hará. Es necesario para la provincia de Málaga. La consejera de Salud así lo ha transmitido».
Hemos seleccionado tan solo unos momentos representativos de aquella ópera bufa que fue la propuesta de construcción de un hospital en el Civil primero y luego de un nuevo Hospital Carlos Haya, pero el lector interesado puede leerla extensamente en un capítulo entero a ella dedicado en nuestro libro. Sin embargo, el nuevo consejero parece venir del limbo. Claramente indocumentado, pues es difícil concebirlo de otra forma, viene a Málaga y dice que van a hacer, no un nuevo hospital, no, van a hacer nada más y nada menos que una Ciudad Sanitaria en los patios del Hospital Civil. El Dr. Palomo, que fue director médico en la época del Dr. Cabrerizo, recordaba en nuestro libro que el de Ciudad Sanitaria es un concepto hospitalario franquista (C.S. La Fe, C.S. La Paz, etc.) que desapareció con la democracia, como desapareció el nombre de Residencias y se recuperó el de Hospitales. Así que los mismos que no han encontrado ningún nombre apropiado para sustituir al franquista Carlos Haya ahora se les ocurre el más franquista de todos los posibles para colarnos, jugando con el significado de las palabras, el mismo proyecto que ya fracasó en el año 2007. Claro que hay que hacer algo, pero no cualquier cosa que vuelva a hipotecar el futuro hospitalario de la ciudad, como ya se hizo en los últimos años de franquismo llevándose el Materno al Arroyo de los Ángeles cuando había terrenos de sobra alrededor del pabellón A de Carlos Haya.
El Hospital Carlos Haya tiene un serio problema de identidad y de funcionalidad que hipoteca gravemente su futuro. Si a alguien le cabe alguna duda sólo basta, para que se disipe, que dé un paseo por los Hospitales (no Ciudades Sanitarias) Virgen del Rocío, Reina Sofía o el nuevo Hospital de Granada. El reconocimiento de que la situación disfuncional del Hospital Carlos Haya era insostenible la hizo ya Pablo Recio, consejero de Salud en el año 1984, en una visita a Málaga para inaugurar el V Congreso Nacional de Hospitales, quien ante las críticas del comité de empresa de Carlos Haya sobre las obras de remodelación del pabellón viejo, preguntado por José Vicente Astorga (SUR, 7-12, 1984), contesto: «Los proyectos hospitalarios no se enfocan independientemente. Carlos Haya es un modelo de sinrazón desde su origen y lo que no tiene sentido es analizarlo como si fuera un papel en blanco». ¡Sólo han pasado 32 años desde entonces! En una reunión privada, un prestigioso periodista de Málaga trataba de convencerme de que Málaga no le debe nada a la Junta de Andalucía. Me resistí a aceptar tesis tan radical. Pero estos días, oyendo las declaraciones del nuevo responsable de Sanidad, no puedo dejar de tener la sensación de que algunos en Sevilla creen que somos idiotas.
* Firma también este artículo
Francisco García, periodista, autores ambos del libro 'Historia del Hospital Carlos Haya de Málaga y de sus pabellones'


SESENTA AÑOS SON SOLO EL COMIENZO

LAS TRIBUNA
FEDERICO SORIGUER
30 abril 201609:57
http://www.diariosur.es/opinion/201604/30/sesenta-anos-solo-comienzo-20160430004545-v.html

Hoy 30 de abril cumple 60 años el Hospital Carlos Haya, pero la administración sanitaria parece que ha decidido ignorarlo. No pasó igual ni con el cuarenta aniversario siendo gerente el Dr. Francisco Juan ni lo fue con el cincuenta, siendo gerenta la Drª María de los Ángeles Prieto. ¿Se imaginan posible este olvido en cualquiera de los grandes hospitales de Andalucía? Hace solo unos días Córdoba celebraba el 40 aniversario del Reina Sofía con la presencia de la Reina emérita y no hubo necesidad de estar en Córdoba para enterarse pues ha sido noticia en todos los periódicos. Son las ventajas de tener nombre y orgullo de pertenencia. Pero nuestro hospital se ha quedado sin nombre y sin la conmemoración digna de su historia. Ya estuvo a punto de ocurrir en el 2006 cuando se intentó retirarle su denominación por primera vez, pero ésta se pospuso pues parecía un sarcasmo conmemorar el cincuenta aniversario del Hospital Carlos Haya al mismo tiempo que se le quitaba el nombre (sin alternativas). Así que no nos sorprende que hoy nadie se acuerde de conmemorar lo que no tiene nombre, ni al parecer ni siquiera pasado. No nos sorprendente pero nos preocupa pues este país tiene una larga noche de políticos venales o de caciques que quisieron reinventar el pasado. Pero tal día como hoy, hace exactamente sesenta años, Franco inauguró (la Residencia) Carlos Haya, aunque en realidad había comenzado a funcionar un mes antes, pues hubo que abrir urgentemente un quirófano para que el ORL Dr. Urdiales pudiera operar al delegado Nacional de Farmacia, quien de visita a Málaga, en una comida se atragantó con un hueso de pollo que a poco estuvo de costarle la vida. Pequeñas historias de una gran historia que a lo largo de estos sesenta años el hospital y la ciudad han compartido juntos. En él han trabajado y por él pasan todos los años miles de ciudadanos, precisamente en los momentos de mayor desvalimiento, buscando consuelo o ayuda. La mayoría lo encuentra. Por eso el hospital es una institución para la ciudad y para los malagueños. Y es a todos ellos a los que se les debe la conmemoración con dignidad. Desde su inauguración en el 56 y hasta finales de los sesenta, la Residencia fue gestionado cuasi militarmente como correspondía al modelo de la época y salió adelante gracias al entusiasmo de unos médicos jóvenes, los internos, y unas enfermeras que también vivían en el propio hospital. Pero no fue hasta comienzos de los setenta cuando aún en plena dictadura se produce una ruptura con el anticuado sistema médico asistencial. Coincide con la dirección del Dr. Juan Cabrerizo, con la transformación de las Residencias en Ciudades Sanitaria, con la jerarquización del hospital en servicios y departamentos de especialidades, con la aparición del sistema MIR y con el desembarco de una ola de jóvenes médicos procedentes de toda España que venían a comerse el mundo y que encontraron en aquellas renovadas residencias del seguro, por primera vez en la historia de España, el espacio suficiente para desarrollar su proyecto profesional y en lo político la posibilidad de contribuir a la creación de un sistema sanitario público y universal que luego años más tarde, el 25 de abril de 1986, se vería refrendado por la Ley General de Sanidad. Vinieron pronto vientos de cambio con la creación del SAS, que supuso una modernización de la gestión sanitaria, pero también, de manera progresiva la introducción de un modelo de gestión más técnico que ha devenido en ocasiones en un gerencialismo y en una centralización incompatible con la autonomía de las instituciones y con la creatividad de los profesionales.
El Hospital tuvo a partir de los ochenta un gran crecimiento, que, sorprendentemente, coincidió, también, con una época de precariedad y conflictividad, pues las huelgas y la efervescencia política y sindical eran también constantes. Vinieron después los años de la burbuja económica de finales de los noventa hasta la crisis del 2008, años en los que se perdieron grandes oportunidades, pues fue en ese momento cuando debieron arreglarse muchos de los serios problemas que aquejaban y aún aquejan al centro. Uno de los más importantes fue y es su desestructuración física y funcional, que comenzó con la construcción del Hospital Materno Infantil en el Arroyo de los Ángeles, y las sucesivas ocupaciones de prácticamente todos los viejos hospitales de la ciudad, que en un momento u otro, a medida que la necesidad apretaba, se iban convirtiendo en pabellones añadidos del Hospital Carlos Haya. El daño que esta desestructuración ha ocasionado a la gestión física, funcional, académica y humana del hospital debería ser estudiado por algún economista de la salud y no son menos importantes los daños intangibles esos que han contribuido a la despersonalización y a la pérdida de invaluables oportunidades, las cuales han terminado deteriorando el sentido de pertenencia de sus trabajadores al centro. El fiasco de la construcción del 'nuevo' Hospital Carlos Haya (el mal llamado 'macrohospital', realmente la única opción válida), la solución dada al nombre, la peor de todas las posibles, habiendo numerosas alternativas, o el desastre de la fusión de los dos grandes hospitales de Málaga, reconocido por el propio actual consejero de Salud, son las últimas pero no las únicas oportunidades perdidas que han llevado a que el Hospital Carlos Haya, no solo haya quedado sin nombre sino que esté perdiendo el futuro. No quisiéramos ser pesimistas en esta tribuna conmemorativa. Ninguno de estos retos ha caído del cielo. Para eso sirve la historia. Podemos aprender de los errores del pasado o como parece haber optado la administración sanitaria socialista, displicentemente ignorarlos, añadiendo así un nuevo problema: la ocultación del pasado. El hospital (ahora innominado) debe plantearse qué es lo que quiere ser. Pero, ¿hay alguien al otro lado que se esté haciendo esta pregunta, ahora que ha cumplido sesenta años?
* Firma también este artículo
Francisco García, periodista, autores ambos del libro 'Historia del Hospital Carlos Haya de Málaga y de sus pabellones'