Hoy
es inconcebible construir un gran hospital universitario sin un campus
científico y docente a él vinculado. Hay además ahora en marcha el proyecto de
convertir el cuartel de la Trinidad en un gran museo polivalente
FEDERICO SORIGUER E
ILDEFONSO FERNÁNDEZ–BACA Exjefes de Servicio de Endocrinología y Nutrición y de
Oftalmología del Hospital Universitario Carlos Haya
DIARIO SUR Sábado, 21 julio 2018, 00:42
https://www.diariosur.es/opinion/politica-zancadillas-20180721181108-nt.html
El pasado 17 de julio ese gran periodista que es Ángel
Escalera escribía una columna en la que expresaba su estupor ante la propuesta
de la Consejería de Salud para que sea el Ayuntamiento quien decida la
ubicación del nuevo hospital de 800 camas. En la práctica eso supondría aceptar
que la construcción será en los patios del Hospital Civil. El Ayuntamiento no
tardó ni veinticuatro horas en responderle y el 18 de julio SUR lo recoge en
primera página: «El alcalde ofrece la parcela del Civil para el tercer hospital
y sin contraprestaciones». Hemos formado parte de las comisiones que han
elevado a la Consejería de Salud el informe sobre el nuevo hospital, incluido
el lugar para construirlo y quisiéramos hacer algunas precisiones. En primer
lugar, que no se trata de un tercer hospital como machaconamente desde el
Ayuntamiento se insiste una y otra vez. Lo que hay previsto es una refundación
del viejo Hospital Carlos Haya (luego renombrado Hospital Regional). El
proyecto no es el mejor proyecto posible pero es un buen proyecto. Y lo es
porque coge el toro por los cuernos, reconoce la deficiente situación
hospitalaria de Málaga y muy en particular la obsolescencia del viejo Carlos
Haya e introduce innovaciones dignas de ser consideradas.
Hemos estado más de cuarenta años trabajando en el
hospital, de ellos una buena parte en el Civil que era y es el pabellón C del
Hospital Carlos Haya. Alguna experiencia tenemos sobre las posibilidades del
Civil y no solo por haberlas vivido (entre ellas las anuales inundaciones de
sus sótanos) sino también por haberlas pensado, como el mismo alcalde sabe pues
nos hemos reunido con él en alguna ocasión para intentar evitar que se
construyera en los patios del Civil. Hemos formado parte también de las
comisiones técnicas que han elaborado el informe en el que se recomendaba la
construcción del edificio que sustituirá al viejo Carlos Haya detrás del
Materno, donde hay mucho más espacio que en los patios del Civil. Pero siendo
muy importante el espacio no es lo único a considerar.
El proyecto presentado a la Consejería por el 'grupo
de expertos' presupone una refundación razonable y modernizada del viejo Carlos
Haya, recuperando la relación funcional con el Materno-Infantil, única manera
de solucionar la costosísima disfuncionalidad a la que condujeron las sucesivas
y no siempre bien planificadas ampliaciones. Pero el proyecto incluye otros
asuntos que el Ayuntamiento parece ignorar y que sin embargo son del mayor
interés. La previsión es que el Hospital Civil se convierta en un campus
universitario científico y docente, vinculado al hospital. Un campus que
debería ocupar todo el espacio funcional del Civil y no solo el edificio
histórico. Hoy es inconcebible construir un gran hospital universitario sin un
campus científico y docente a él vinculado. Hay además ahora en marcha el
proyecto de convertir el cuartel de la Trinidad en un gran museo polivalente.
Si todos los proyectos prosperan, en pocos años nos encontraríamos con un
enorme espacio cultural, científico, docente, universitario y sanitario que
iría desde la calle Velarde hasta La Roca. Uno puede imaginar un futuro cercano
que cambiaría por completo a la Trinidad y que ayudaría a reequilibrar la
ciudad ahora demasiado volcada en el centro.
Los patios del Hospital Civil deberían ser preservados
para un uso funcional dentro del futuro campus universitario
lúdico-docente-científico-sanitario. Construir ahora en el Civil habiendo muy
cerca otra posibilidad mejor, es hipotecar el futuro desarrollo de la zona. El
proyecto permite también el manteamiento de los pabellones A y B del viejo
Carlos Haya ahora reconvertidos en un 'hospital comunitario', que es sin duda
una gran idea, (aunque de alto riesgo por la falta de precedentes), pues podría
dar satisfacción al cambio de genio epidemiológico de muchas de las
enfermedades prevalentes de nuestro tiempo, así como a las relaciones con
Atención Primaria y los diferentes niveles asistenciales, hasta ahora bastante
deficientes. El informe, aunque no lo contempla, debe también servir para abrir
un debate sobre el futuro de la sanidad pública y en concreto del futuro
sanitario de la ciudad que incluya la situación de la atención primaria, del
Hospital Clínico y del resto de las infraestructuras sanitarias.
Cuando hemos defendido este proyecto en algunos foros
se nos ha dicho que no somos urbanistas y que desconocemos las complejas
interrelaciones de un proyecto como este. Es posible que así sea, aunque este
tipo de acusaciones también sirven en la dirección contraria, pues un gran
hospital no es lo mismo que un gran hotel o un gran supermercado. Igual que la
medicina es algo demasiado importante para dejarla en manos de los médicos con más
razón podemos decirlo del urbanismo. Pero mas allá de estas obviedades lo que
de verdad nos preocupa en este momento es que esta situación comienza a
parecerse demasiado al gran fiasco del mal llamado macrohospital de los
Asperones, cuya construcción debía de haber comenzado en 2008 y que hoy, diez
años después, debería estar ya terminado o a punto de terminar.
En el 2008 los dos firmantes estábamos en activo y un
día, pensando sobre el proyecto del nuevo Carlos Haya que la Consejería
prometía en los Asperones uno de nosotros comentó que cuando lo inauguren no lo
disfrutaremos ya como médicos pero que al menos sí como pacientes jubilados.
Hoy ya los dos lo estamos, pero nuestro entusiasmo, nuestra esperanza y nuestra
ingenuidad siguen intactas. Aquel proyecto fracasó, dicen, por la llegada de la
crisis, pero el proyecto había fracasado ya años antes, por el zancadilleo que
se produjo entre la Junta y el Ayuntamiento. Revisar las hemerotecas de
aquellos años da ganas, literalmente, de llorar. De nuevo están en juego el
prestigio de las instituciones, de la Junta y del Ayuntamiento. Ni siquiera
podemos concebir que la historia volviera a repetirse.