La
tribuna
Encontrar soluciones
eficaces frente a la diabetes no surge de la nada. Es el resultado de un
consenso colectivo, del compromiso y la inversión pública en intervenciones
asequibles, rentables, basadas en la mejor investigación científica disponible
Diario
SUR Miércoles, 14 noviembre 2018 https://www.diariosur.es/opinion/millones-razones-mundial-20181114194959-nt.html
Hoy día 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes. En el año
2017 casi 450 millones de personas vivían con diabetes. En España, según los
resultados del estudio epidemiológico Di@betes, promovido por el
ISCIII-CIBERDEM, coordinado desde Málaga, un 13,8% de la población española tiene
diabetes y un 15,3% en Andalucía. Debido a la alta prevalencia, la diabetes es
responsable de entre el 5-10% del coste sanitario global, debido sobre todo a
los gastos farmacológicos e ingresos hospitalarios por complicaciones. La
diabetes mellitus tipo 2 se puede prevenir y ambas diabetes, la tipo 1 y la
tipo 2, se pueden y se deben diagnosticar precozmente. También hoy ambas
diabetes se pueden tratar mediante un abordaje integrado, donde la persona con
diabetes se convierte en el verdadero protagonista.
Con la ayuda de la educación terapéutica y de las nuevas tecnologías las
personas con diabetes pueden disfrutar de una cantidad y calidad de vida
similar a la de la población general, tal como se soñó en 1989 en la
'Declaración de Sant Vincent'. Pero no podemos olvidar que la diabetes sigue
siendo un duro reto para el individuo y su familia.
El lema elegido para este año 2018 por la International Diabetes Federation
(IDF) es 'Familia y diabetes'. La familia es el 'hogar' donde se gestionan
buena parte de los hábitos alimentarios y de salud de las personas, un pilar
fundamental a la hora de prevenir la aparición de la diabetes 2. Por otro lado,
la familia es la que tiene que hacer frente al gran impacto que supone tener un
hijo con diabetes. El tiempo de dedicación de los padres (que a veces incluso
obliga a algún miembro de la familia a abandonar su trabajo habitual), los
recursos extras en fármacos no financiados o parcialmente financiados o
actividades deportivas suplementarias son algunos de los gastos complementarios,
sin olvidar que en ocasiones la presencia de una persona con diabetes en la
familia puede afectar negativamente a la calidad de vida de los padres y
hermanos.
Un estudio coordinado por el grupo de Endocrinología Pediátrica del
Hospital Materno Infantil de Málaga, recientemente publicado (CHRYSTAL
Observational study), ha analizado las consecuencias económicas de la diabetes
tipo 1 desde una perspectiva social, señalando que los 'costes no sanitarios'
que soporta directamente la economía familiar: transporte, comidas especiales,
actividades físicas extras y cuidados informales –tiempo de cuidadores– en los
niños con diabetes exceden a los costes sanitarios directos, la mayoría
financiados por el sistema público (4.000 euros/niño y año), ascendiendo en
total a unos 23.000 euros por paciente y año. Esto significa que el 83% de
todos los gastos relacionados con la diabetes en edad pediátrica los soporta la
familia.
Necesitamos una respuesta enérgica y más dinámica, no sólo por parte de los
diferentes sectores gubernamentales, sino también de la sociedad civil, las
organizaciones de pacientes, los productores de alimentos y los fabricantes de
productos farmacéuticos. La diabetes no es sólo una crisis sanitaria; es una
catástrofe social mundial. Por todo ello debemos aumentar la concienciación
sobre la importancia de llevar una dieta saludable y realizar actividad física,
especialmente entre niños y adolescentes, e incorporar ambientes saludables en
la planificación urbana. Los profesionales sanitarios de la atención primaria,
imprescindibles en las estrategias preventivas, deben disponer de los tiempos
asistenciales y los recursos necesarios para desarrollar esta tarea. Están
luchando por ello. Encontrar soluciones eficaces frente a la diabetes no surge
de la nada. Es el resultado de un consenso colectivo, del compromiso y la
inversión pública en intervenciones asequibles, rentables, basadas en la mejor
investigación científica disponible. Es todo esto lo que se intenta recordar en
este día.
El esfuerzo que han efectuado asociaciones de pacientes (en Málaga, Adima),
sociedades científicas de diabetes (SED), de Endocrinología y Nutrición (SEEN),
de Endocrinología Pediátrica (SEEP), de Medicina Familiar y Comunitaria
(SEMFYC), de Medicina Interna (SEMI) y otras, poco a poco están logrando
sensibilizar a nuestra sociedad. Y podemos decir que se están produciendo
algunos avances. Tras un largo camino de 'propuestas no de ley' y de 'enmiendas
traslacionales', se ha llegado en este mes de noviembre a una propuesta de
acuerdo de la Comisión Parlamentaria de Prestaciones, Aseguramiento y
Financiación para facilitar los sistemas de monitorización de la glucemia
intersticial a adultos tras hacerlo previamente en niños de 4-18 años,
destacando que se ha llevado a cabo una regulación con indicaciones precisas,
sostenibles para el sistema nacional de salud y para todos los territorios de
España.
Este año, el 14 de noviembre nuestro Ayuntamiento y nuestra Farola se
vestirán de azul, como otros años y como sucede en todas las ciudades
importantes del mundo con sus monumentos más emblemáticos. Este año el
Parlamento nacional, además de vestirse también de azul, va a abrir sus puertas
de par en par a la diabetes para hacer realidad un encuentro entre
representantes políticos, personas con diabetes, sus familias y profesionales
implicados en la atención y en la investigación en torno a la diabetes. En el
escenario actual de la diabetes, todos estamos llamados a colaborar. La familia
está en primera línea, tanto en la prevención como en el tratamiento,
necesitando apoyos institucionales, profesionales y económicos para desarrollar
este importantísimo papel. Sobran razones. Millones de razones. Tantas como
personas con diabetes.
Firman este artículo: María Soledad Ruiz de Adana, médico,
Servicio de Endocrinología y Nutrición, Unidad de Diabetes Hospital Regional
Universitario de Málaga (Carlos Haya), Juan Pedro López Siguero,
endocrinólogo-pediatra, Servicio de Pediatría, Hospital Regional Universitario
de Málaga (Carlos Haya), y Federico Soriguer, endocrinólogo, miembro de la
Academia Malagueña de Ciencias.